¿Te acuerdas cuando...?
Ana de Lópe y Rubén Pedraza
¿Te acuerdas de cuando podías ser una princesa o un héroe?¿Has tenido alguna vez una amigo imaginario con el que jugabas de pequeño y que sólo existía en tu imaginación? ¿Sabes a que se debe la posibilidad de creer en todo?
Durante nuestra primera etapa de vida, nuestra mente comienza a funcionar a cada segundo que pasa. Durante los primeros años, estamos en un época en la cuál todo nos parece posible.
La imaginación, según Stenberg y Lubart, es que está relacionada con la generación de ideas. Es un proceso por el cual una persona puede representar imágenes de cosas reales o no. Pero para los niños el pensamiento mágico consiste en una forma de pensar y razonar, basada en cosas sobrenaturales, que carecen de lógica.
Este pensamiento es común en la edad entre los 2 a 6 años. Nosotros gracias a ello somos capaces de creer que en una noche Papa Noel pueda ir a todas las casas del mundo.Los niños mediante este proceso empiezan a creer y a descubrir como son y como es la vida real, sin tener que afrontarse a los problemas de la vida. Esa capacidad solamente la adquirimos a esa edad en la cual aún no tenemos un pensamiento lógico.
Dentro de esa fase, tenemos a los amigos imaginarios. El amigo imaginario es un amigo que realmente no existe, pero que el sujeto vivencia como si fuera real y habla y juega con él. En ocasiones, puede ser un objeto no ficticio, como un peluche o una muñeca, pero por lo general, los amigos imaginarios no forman parte de la realidad. Esos amigos pueden ser un perro, como un héroe, una princesa o mismamente un niño o niña de su edad.
Depende del niño, puede tener más o menos imaginación. Pero un niño con mucha creatividad, va a desarrollar más fantasía. Y hay estudios que demuestran que si el niño ha tenido un amigo imaginario en la infancia, cuando llegan a la adolescencia, suelen ser niños más creativos, con mayor empatía y buenas habilidades lingüísticas. Y con ellos los niños pueden desarrollar cualidades y capacidades, a parte de las que adquieren de sus padres.
La conclusión a todo ello es que la imaginación nos ayuda con el proceso de crecer y madurar, ya que es algo difícil para un niño. Poco a poco el niño tiene que ir enfrentándose con el mundo y relacionarse con los demás... Por todo ello, los niños necesitan un mundo interior que les brinde protección y que se convierta en su refugio.
Cuando el niño juega con la imaginación, se transforma en la persona todopoderosa que no es en la realidad. Inventa y transforma, por ejemplo, un palo de escoba en un caballo de carreras. La fantasía es para él un modo de aprender y con su imaginación crea situaciones y se coloca a sí mismo dentro de ellas, como un juego de simulación. Para la niña y el niño, es la manera de vivir una rica variedad de experiencias: puede convertirse en mamá, en una dependienta, en un maestro o en un guerrero .
Bibliografía:
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