¿Cómo aprendemos los humanos?
Rocío Martínez y Laura Mellado
Los seres humanos perciben y aprenden las cosas de formas distintas y a través de canales diferentes. Además de los distintos canales de comunicación, también hay diferentes tipos de alumnos.
Se han realizado estudios sobre los distintos tipos de aprendizaje los cuales han determinado qué parte de la capacidad de aprendizaje se hereda y cuál se desarrolla. Estos estudios han demostrado que las creencias tradicionales sobre los entornos de aprendizaje más favorables son erróneas. Estas creencias sostienen afirmaciones como: que los estudiantes aprenden mejor en un entorno tranquilo, que una buena iluminación es importante para el aprendizaje, que la mejor hora para estudiar es por la mañana y que comer dificulta el aprendizaje. Según la información de la que disponemos actualmente no existe un entorno de aprendizaje universal ni un método apropiado para todo el mundo.
Aprendizaje repetitivo memorístico: se produce cuando el alumno memoriza contenidos sin comprenderlos o relacionarlos con sus conocimientos previos, no encuentra significado a los contenidos.
Aprendizaje receptivo en este tipo de aprendizaje el sujeto sólo necesita comprender el contenido para poder reproducirlo, pero no descubre nada.
Aprendizaje por descubrimiento: el sujeto no recibe los contenidos de forma pasiva; descubre los conceptos y sus relaciones y los reordena para adaptarlos a su esquema cognitivo.
Aprendizaje significativo: es el aprendizaje en el cual el sujeto relaciona sus conocimientos previos con los nuevos, dotándolos así de coherencia respecto a sus estructuras cognitivas.
Aprendizaje observacional: tipo de aprendizaje que se da al observar el comportamiento de otra persona, llamada modelo.
Aprendizaje latente: aprendizaje en el que se adquiere un nuevo comportamiento, pero no se demuestra hasta que se ofrece algún incentivo para manifestarlo.
Algo interesante es que de bebés aprendemos viendo, oyendo, sintiendo, oliendo, tocando, mordiendo… (con los 5 sentidos). Al oír voces, sabemos diferenciar las desconocidas de las que nos son familiares. Sabemos diferenciar todo tipo de texturas mordiendo o tocando. De niños aprendemos imitando, simbolizando, jugando, copiando, experimentando, equivocandonos, etc. Aprendemos a hablar interiorizando los idiomas que los adultos hablan en nuestro entorno. Aprendemos e imitamos, también interiorizando hábitos, reglas y normas sociales al observar a mamá y papá relacionarse entre ellos y con los demás. Con el juego libre podemos simbolizar lo vivido y así entender mejor el mundo que nos rodea.
Al ir creciendo y madurando tanto mentalmente, físicamente como emocionalmente nuestras conexiones neuronales (mentales) ya son significativas, de vital importancia y necesarias para nuestro aprendizaje posterior. Es cuando todo se va interconectando. Una cosa está ligada a otra y esa otra a muchas más. ¿Cómo aprendemos de lo que ya sabemos y pensamos? El aprendizaje ocurre cuando conectamos algo nuevo con algo que ya sabemos o hemos pensado”. Si “algo” nos hace pensar en otro “algo” y ese “algo” en muchos otros “algos”… pues ya lo tenemos. Vamos conectándolo todo y a su vez aprendiendo más. Un sólo suceso o experiencia nos puede hacer pensar y a su vez conectar con muchas más cosas tanto del pasado como del futuro. Siempre se le puede añadir más a lo que uno ya sabe.
Una simple palabra, una canción, una pregunta, una respuesta, una película, un libro, un olor, un sabor, un sonido, una imagen… despierta un interés o un recuerdo y “zas” empezamos a aprender. Parece que no pueda ser tan simple, ¿verdad?.
Bibliografía:
Laborda, Yvonne ¿Qué es aprender y cómo aprendemos realmente los humanos?
Tipos de aprendizaje. Actualizado 25 de sep de 2017.
García-Allen, Jonathan. Los 13 tipos de aprendizaje.
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