¿Realmente solo usamos el 10% de nuestro cerebro?
Nuria Illescas Laguna
El mito del 10% del cerebro es una creencia muy extendida que afirma que el ser humano solo usa el 10% del cerebro en sus actividades cotidianas.
Esta afirmación puede tener su origen en el psicólogo William James considerado el padre de la psicología americana y el máximo exponente del funcionalismo psicológico. Doctorado en medicina por la Universidad de Harvard, estudió la función de la conciencia. Pensaba que su principal función era la de elegir los contenidos mentales apropiados en cada momento y que, estos, se transformarían en los procesos neurofisiológicos que provocan el comportamiento y el movimiento.
En su libro Las energías de los hombres, James, afirmó que “hacemos uso solamente de una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos”, lo que ha provocado esta creencia tan generalizada de que solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro.
Sin embargo, James solo pretendía decirnos que las personas podemos entrenar nuestro cerebro para obtener mejores resultados en diferentes facetas como la memoria o el aprendizaje. Nunca dijo la afirmación que, después, se hizo tan popular.
Comprobar que el mito del 10% del cerebro es falso no es difícil en la actualidad. Gracias a las técnicas de neurorradiología, como la resonancia magnética funcional (RMN) y la tomografía por emisión de positrones (PET), se pueden observar cuáles son las regiones del cerebro que se activan al realizar diferentes tareas (mover una pierna, hablar, pensar, etc) o al estar en reposo.
El resultado de estas técnicas de imagen nos ha permitido conocer que, hasta cuando la acción que realizamos es muy simple, se activan varias áreas del cerebro. Incluso cuando estamos en reposo o durmiendo, se observan varias áreas activadas. Lo que significa que nuestro cerebro nunca está completamente inactivo, al contrario, la mayoría de las zonas del cerebro están gran parte del tiempo activas lo que nos permite percibir el mundo que nos rodea, movernos, pensar, sentir, etc. Esto explica el gran gasto energético del cerebro: el 20% de la energía consumida diariamente por el cuerpo.
Gracias a los mapas citoarquitectónicos (como el de Brodmann, el cual se utiliza como referencia) sabemos que la corteza cerebral está dividida en diversas zonas que controlan diferentes funciones. Existen áreas que regulan la información sensorial, áreas que controlan las funciones motoras y áreas de asociación. A su vez, dentro de estas grandes zonas, hay áreas específicas que se encargan de funciones concretas, como las áreas del lenguaje de Broca y de Wernicke. No obstante, al realizar una tarea, no solo se activa una zona sino que intervienen varias ya que están interconectadas entre ellas, lo que hace imposible que el cerebro esté inactivo.
Probablemente, este mito se ha extendido tanto porque es muy atractiva la idea de que somos capaces de realizar cosas extraordinarias. Nos gusta creer que, con el suficiente entrenamiento del cerebro, podríamos ser capaces de comunicarnos con otras personas de forma telepática, de mover objetos con la mente o de controlar los presentimientos que a veces tenemos sin causa alguna. Esta sería una explicación tranquilizadora de hechos como el de estar pensando en una persona con la que hace mucho que no hablas y que, a continuación, te llame. En mi opinión, estos fenómenos se pueden deber a zonas de nuestro cerebro que están evolucionando y que, quizá, en un futuro, podamos utilizarlas de forma habitual y consciente. Sin embargo, esto no quiere decir que, en la actualidad, solo utilicemos una parte de nuestro cerebro (el 10%) sino que, aunque lo utilizamos al 100%, es un órgano en evolución. Al igual que ha evolucionado desde la Prehistoria y nosotros tenemos habilidades que nuestros ancestros no habían desarrollado aún.
Sería absurdo pensar que, en la evolución del ser humano, se ha permitido que un órgano se desarrolle tanto y gaste tanta energía cuando solo se utiliza una parte tan pequeña de su capacidad. Este hecho no sería adaptativo. Todo el desarrollo humano se basa en la supervivencia de la especie gracias a la adaptación al medio. Nuestro desarrollo cerebral, que es superior al del resto de los animales, es fruto de la adaptación al medio y nos ha permitido estar en la cima de la pirámide evolutiva.
Por lo tanto, aunque nos quedan muchas cosas por descubrir sobre el cerebro humano y
sus funciones, está demostrado que la afirmación de que solo utilizamos el 10% de su capacidad es falsa por muy atractiva que pueda resultarnos debido a las posibilidades que ofrece.
Bibliografia
- Ambrosio Flores, E. (2016). Fundamentos de Psicobiología. Madrid: Sanz y Torres.
- Collado Guirao, P. (2017). Psicología Fisiológica. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, Departamento de Publicaciones.
- Hammond, C. BBC [en línea] Fecha del artículo: 1 junio 2013 [Fecha de consulta: 29 octubre 2017] Disponible en: ¿Realmente sólo usamos el 10% de nuestro cerebro?
- Lafuente Niño, E. (2017). Historia de la Psicología. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, Departamento de Publicaciones.
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